Albertucho – Alegría

En el mes en el que cumple 29 años, Albertucho saca a la calle su quinto disco, ‘Alegría’. Una colección de canciones que continúan la senda iniciada con ‘Palabras Del Capitán Cobarde’. Alberto Romero ya afirmaba hace un par de años que prefiere el FIB al Viñarock y que prefiere el folk americano o The Strokes antes que a Los Muertos De Cristo (paisanos suyos, por cierto). Se acabaron las dudas, sí. Albertucho opta por un sonido de difícil sitio en el panorama rock ‘convencional’, pero le importa bastante poco. Ha cambiado la distorsión inicial que aun se mantuvo hasta ‘Amasijo de Porrazos’ por banjo, guitarras acústicas, ukelele, dobro y armónica.

Lo que no ha perdido (y nunca lo hará) es la autenticidad de un acento marcado que le otorga una personalidad que unifica toda su trayectoria. Uno de sus principales méritos. Porque, ante todo, Albertucho y su música suenan creíbles. Desde que lo viera teloneando el concierto-grabación de despedida de Canallas, allá por 2002, hasta su reciente porte de chaleco y sombrero. Respira arte y honestidad. Y cuando esto ocurre, los discos se escuchan con mucho territorio ganado.

Desde los primeros acordes de ‘Alegría’, la canción homónima que abre el disco, se aprecia una loable intención de eso, de transmitir y generar una sensación de optimismo, aunque las canciones sigan hablando de desesperación, de bichos raros, de gente marcada por la deriva de la vida o hasta del corredor de la muerte en ‘Él No Murió’. No importa. La música, la voz, el espíritu transmite esa sensación y lo consigue en los 35 minutos escasos.

Canciones que en su mayoría no sobrepasan los tres minutos pero que encierran pequeñas historias personales. Aires country en ‘Muertecito Estoy de Ganas’ o de western en la notable ‘Vengo A Registrarte El Corazón’. También hay calidez en ‘Tiene Que Haber De To’, rumba-swing de tempo lento y una de los mejores cortes del disco junto con ‘Somos Pájaros’, que ensueña a Bob Dylan en la melodía del fraseo y en la grandeza del estribillo, ‘Mi Compadre’, un increscendo emocional a ritmo de banjo, y ‘La Gravedad De La Teoría’ donde sintetiza las influencias actuales con la actitud de siempre en la interpretación vocal.

Y en todas las canciones consigue mover algo. Así que el objetivo titular se ha cumplido. Y con la que cae, tiene mérito.

Esta vez Albertucho ha repetido. El primer disco estuvo marcado por el corte de  Extremoduro, el segundo por la rumba rock, el tercero por Antonio Flores y la influencia de marcharse a vivir a la capital. Ahora repite lo apuntado en ‘Palabra del Capitán Cobarde’. Pero no hay abuso de repetir fórmula. Siempre hay búsqueda.

¿Es la estación de destino? No lo creo. Este es un tren de largo recorrido.

En Spotify.

Tracklist

  1. Alegría
  2. Muertecito Estoy De Ganas
  3. Deja De Mandar
  4. Tiene Que Haber De To
  5. Vida Sin Reloj
  6. La Gravedad De La Teoría
  7. Somos Pájaros
  8. Mi Compadre
  9. No Tener Nada
  10. Superhéroe De Sillón
  11. Él No Murió
  12. Vengo A Registrarte El Corazón (Bonus iTunes)

Publicado el noviembre 8, 2012 en Críticas Discos y etiquetado en , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.

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